viernes, 13 de enero de 2017

Dos almas bajo las estrellas y una luna

Hoy quiero escribir algo más sencillo; lo que nace de un sueño. 
Jamás olvidaría aquella noche de magia cuando la vida regresó a mis manos, 
cuando la vida me miró de nuevo y regaló una dosis de esperanza para aquello que jamás consideré una virtud propia.
Hoy quiero escribir algo más sencillo. 
Jamás olvidaría mi reencuentro con lo humano, aunque sublime, por encima sensible.

Un saludo, un abrazo, una mirada, mil sonrisas…
Libertad, mitología, arte, naturaleza y gloria.
Tendría que afirmar que en mi larga búsqueda por la respuesta del Ser —alejado de condiciones, del materialismo mundano, de las rémoras mentales; sociales; psicológicas; religiosas; económicas, y más—, logré entender que lo auténtico es aquello que rompe las cadenas de todo y  se muestra desnudo ante el alma de Otro, es decir; de manera original.
Hoy quiero escribir algo sencillo, sensible y sublime. 
Sé perfectamente que los seres se conforman en gran parte de recuerdos, del pasado que incide en el presente, aunque esto no sea la condicionante de la construcción de un futuro.
Hoy recuerdo el brillo en una mirada tras la fusión de dos almas bajo las estrellas y una luna como fieles testigos. 
Hoy recuerdo también un secreto revelado y la exigencia por despertar de aquel sueño. 
Tal vez la vida sea difícil, tal vez la unión de dos almas sea trágicamente condenada a un destello sin brillo permanente. Pues la tragedia es parte esencial del romanticismo y de la vida.

Hoy quiero escribir algo más sencillo, lo que nace de un sueño del que debo despertar y no quiero.


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