La causalidad en las preferencias electorales, sistemas electorales y la democracia” del Dr. Francisco Sánchez Espinoza.
Es necesario discutir la importancia de la causalidad para poder abordar temas, como las preferencias electorales. De esta manera, puede existir una evaluación cronológica, la cual especifica el antes y el después, tomando en cuenta los lugares en donde se realizaron y publicaron los estudios.
Se tomó como el ejemplo el caso de Michoacán de 1995, donde vimos ya con anterioridad que los tres principales partidos muestran características diferentes como: PRD: adquiere rasgos rurales y no es estable, PRI: tampoco es estable y no presenta rasgos rurales ni urbano, a diferencia del PAN: el cual sí es estable y presenta rasgos urbanos. De esta manera, las variables que presentan los partidos tienen gran importancia para el fenómeno político desarrollado en Michoacán, sumando el factor de abstencionismo, el cual se manifiesta de manera diferente mediante el ingreso de las personas, si se es hombre o mujer, o si se es joven o adulto.
Así, se realiza una ecuación: Preferencias electorales= f (sexo, edad, educación, ingreso).
Al igual que otros autores, Francisco Sánchez aclara que las diferentes hipótesis pueden explicar, de diversas formas los fenómenos políticos, y no simplemente mediante un método riguroso, sino que se puede encontrar soluciones consistentes y sistemáticas que ayuden a complementar el estudio de dichos fenómenos. Lo cual es resumido en la siguiente imagen, para ejemplificar las propuestas de: Wayne Cornelius que toma al factor legitimidad como medio de explicación[1]; Gómez Tagle y Klessner que a la postulan la crisis económica[2], Diana Owen y Julio Madrazo, los cuales toman lavariable referente a las ocupaciones, niveles de ingresos, y opinión sobre la administración saliente, persecución de la economía nacional y percepción de la economía familiar[3]. El autor menciona también que personajes como César Aguiar no están a favor de estudios monocliváticos, sino que multicliváticos; referentes a lo urbano y rural pero que se complementan con conflictos de diferencia de clases y de edades[4]. Véase el siguiente cuadro:
Francisco Sánchez ejemplifica que existen muchas maneras para analizar los fenómenos políticos antes señalados, sin embargo existe la necesidad de encontrar la forma más adecuada para aproximarse a ellos. Así, Francisco Sánchez propone más prudente a la causalidad, la cual la define de la siguiente manera: retomando a Aristóteles, especifica que es algo que es seguido por otro algo o aquello, por ejemplo, puede entenderse como una cosa más próxima: de madera, de oro, de plata, de tela, etc.
Puede decirse que la causa es lo que le da significado a lo que es o de lo que está hecho, o también, la causa puede ser la consecuencia directa de un acontecimiento u acción, como el objetivo de una meta o un fin, ya que es algo que le da sentido con anterioridad a una acción. “La argumentación de Aristóteles es todo un proceso: las causas material y eficiente explican el devenir de la cosa, su mutación, desde lo que está hecho algo hasta lo que lo pone a cambiar”[5].
Al igual que para Aristóteles es necesario definir la causalidad de las cosas, puede entenderse de manera teológica para encontrar la finalidad del todo, cosa que para Kant es justificable la relación causa y efecto, aunque dentro de esa justificación existan factores metafísicos que no puedan ser completamente demostrados de manera empírica. Kant afirma que sí es necesaria la causa de cada efecto, ya que en una sucesión de acontecimientos se puede llegar siempre al origen.
Puede entenderse como metafísico a aquel procedimiento que la mente humana genera a través de las sensaciones o la conciencia, ya que de ahí es de dónde emana el conocimiento; de aquellas categorías que surgen de facto al razonar o tener procesos mentales. A su vez, Kant asume que la causalidad es una de las categorías necesarias de la inteligencia. Algo que se puede ejemplificar con los procesos de todo método científico.
Teniendo en cuenta que el factor metafísico siempre estará presente, Kant señala que para la realización del método científico, es necesario separar por completo lo metafísico, ya que la causalidad no surge simplemente de las cosas como mera coincidencia, sino que ésta se hace presente a través de la experiencia humana.
Cabe aclarar, como lo menciona el autor, no todo puede ser catalogado como relaciones causales, porque se estaría cayendo en un determinismo, tanto como afirmar que todo en el universo está conformado por una relación de causas infinitas de las cuales, jamás encontraríamos respuestas, pero en su afirmación, es posible para el científico social aproximarse, de manera mínima a la explicación de fenómenos que sí se puedan estudiar. Se pueden encontrar planteamientos que justifiquen o no el determinismo, así como la necesidad de la utilización “desbordada” de la idea causal a nivel científico.
Empero, la discusión del determinismo es muy importante para la metodología de la investigación de las ciencias sociales, algo que se puede observar claramente en el desarrollo metodológico, desde Comte, Durkheim, hasta Marx o Weber. Huelga decir, si algunos buscaban arduamente lo que conocemos como leyes universales, y otros sustentaban el paso de la historia de manera dialéctica, también encontramos parte de la oposición al determinismo metodológico como Weber. Al igual que Popper que “el pasado es fijo, ha sido actualizado y se ha ido, pero el futuro está abierto”[6].
Los estudios cualitativos como los cuantitativos pueden mostrar grandes diferencias, pero sí se puede mencionar que algunos fenómenos pueden ser mejor analizados con uno y otro método de investigación. El autor señala que ningún método puede ser más científico que otro, pero si se debe tomar en cuenta cuatro puntos para un diseño de investigación:
“primero, que el objetivo es la inferencia. Es decir, la investigación tiene como objetivo… la extracción de inferencias descriptivas o explicativas a partir de información empírica […] la acumulación de hechos no es, en sí misma, suficiente [se requiere] un paso adicional! que es el utilizar los datos inmediatos para hacer inferencias que conduzcan a algo más amplio que no se observa directamente”[7].
A si mismo, menciona que existen dos tipos de inferencia, la descriptiva; que se sustenta en la observación para revelar hechos, y la causal; la cual se sustenta en el conocimiento de efectos partiendo de la observación de datos.
“Segundo, que los procedimientos sean públicos. Se trata de dar cuenta que los métodos de manera explícita en los estudios”[8], puedan generar datos para la utilización científica, los cuales puedan servir para la evaluación. “Tercero, las conclusiones son inciertas. La incertidumbre es inherente al conocimiento científico”[9] y de lo contrario, se afirmaría tener la certeza de todo. Algo que es completamente vano. “Cuarto, que el contenido es el método. El principal contenido de la ciencia son sus métodos y reglas, no su objeto de estudio, es decir, siguiendo el método y las reglas científicas se pueden estudiar distintos objetos de estudio”[10].
Otra discusión es importante, el hecho de manejar la complejidad como un obstáculo para la realización del método científico. Cosa que para el autor no puede ser posible. De esa manera, retoma el planteamiento de Max Weber, aquella que postula el infinito de la historia, pero que a partir de eso, el método científico puede desarrollar su estudio a partir de tipos ideales (o bien la selección de una coyuntura en una historia que es infinita). Así, Francisco Sánchez menciona cuatro puntos para obtener un buen diseño de investigación a partir de la obtención de inferencias válidas, los cuales consisten en:
“Mejorar las preguntas de investigación. A respecto deben plantearse preguntas de investigación que tomen en cuenta el estado de la cuestión.Mejorar la teoría. Una teoría es una especulación razonada y precisa sobre la respuesta que cabe dar a la pregunta de investigación, e incluye una declaración de por qué tal respuesta es correcta. En primer lugar, hay que elegir teorías que puedan estar equivocadas; en segundo lugar, para asegurar que una teoría es falsable, hay que elegir una que pueda generar tantas consecuencias observables como sea posible; en tercer lugar, al diseñar teorías es preciso ser lo más concreto posible. Y, al observar los datos la cuestión es lograr mejorar la teoría […] mejorar la calidad de los datos”[11].
Como ya se ha señalado con anterioridad, la recopilación de datos pueden ser tanto cualitativos como cuantitativos, pero la selección de datos, deben poder ser reproducibles. Así, el ejemplo claro es las variables que se pueden obtener en un sistema electoral, para saber cuáles son los factores que imposibilitan al votante, hacen que se abstenga, o en fin, éste pueda tener una decisión al votar. Cabe señalar que, el autor nos menciona que tampoco es recomendable tener una obsesión con la causalidad en el objeto de la investigación, se debe tomar en cuenta que existen también inferencias o hipótesis que pueden ayudarnos a obtener un mejor resultado. Si existen repeticiones hipotéticas variando en componentes no sistemáticos, se les conoce como “variables aleatorias”.
Pueden existir muchas variables para que un suceso pueda ocurrir. Sin embargo no se puede caer en la infinidad de causas que generen un suceso, a su vez, deben existir los procedimientos adecuados para poder obtener las causas específicas de los fenómenos. El autor nos maneja el ejemplo del caso del suicidio en Durkheim, donde existe una gran variedad de causas para que se genere el suicidio, pero debido a éstas, la coyuntura y los favores más relevantes nos pueden aproximar a obtener un cierto número de causas de dicho fenómeno.
Se aclara que Durkheim no toma variables como el color de cabello como factor detonante del suicidio, pero sí se pueden tomar datos importantes, como sí el índice de suicidio es más grande o elevado en hombres o mujeres, en jóvenes o adultos, sus localidades, ingresos o profesiones, entre más. Por ejemplo, también el autor nos menciona que; el hecho de encontrar que el suicidio es más común en personas protestantes que en católicas, no nos puede asegurar que el simple hecho de pertenecer a una religión sea la causa de un índice elevado de suicidio, o al contrario, que el ser católico excluya a las personas de caer en dicho acto. A su vez señala, que las épocas del año, como los no verano y primavera, son aquellas donde encontramos un aumento en índices de suicidio, algo que nos puede asegurar muchas de las variables que pueden aparecer para detonar dicho fenómeno, como lo son los cambios en la forma de vida del ser humano, o bien, el factor climático puede generar cambios en el actuar de las personas.
Dicho planteamiento, retomado del positivismo de Durkheim, me recuerda aquel estudio realizado a inicios del siglo XX por parte del jurista y sociólogo mexicano Julio Guerrero, el cual para comprobar La génesis de la criminalidad en México[12]; asume la metodología positivista de Comte y Durkheim, tomando encuentra factores como:
[…] la descripción casi total del entorno en el que se desarrollaba la vida del individuo en la Ciudad de México, para dar respuesta a la anomia social traducida en: crimen. Su estudio involucra factores como: La Atmosfera, El territorio, así como el comportamiento social, en respuesta a los acontecimientos del fin de la dictadura porfirista y el estallido de la revolución; como El citadismo, Los atavismos, la crisis religiosa frente a los valores modernos emanados de la cientificidad en Los credos, entre más[13].
De igual manera, el autor nos hace el hincapié del por qué, para delimitar de manera más específica el procedimiento de la investigación, ya que eso es indispensable para evitar caer en excedentes que desvíen la objetividad. Al mismo tiempo encontramos que la relatividad del tiempo o la coyuntura en la que los fenómenos se desenvuelven, pueden ser factor importante para la metodología. Sánchez Espinoza nos menciona recopilando diversos autores, como Bunge o Russell, entre más, -a diferencia del postulado aristotélico-, la importancia que tiene el devenir de la historia, cosa que complica más los estudios metodológicos.
Encuentro también, una diferencia muy clara entre la causalidad de las cosas -algo no tan relevante para Russell, el cual señala que es una cualidad excesiva de los filósofos- y la estadística, la cual a diferencia de la primera toma variables que considero científicas, que nos pueden ofrecer un método probabilístico, muy diferenciado de la lógica filosófica, ya que utiliza datos que pueden ser más específicos a cualquier especulación. Pero también debo aclarar que tampoco se puede denostar la lógica filosófica, la cual muchas veces nos puede complementar los estudios fenomenológicos.
La concepción de causalidad puede ser concebida de forma probabilística, ya que es una manera de delimitar la infinidad que ésta puede ocasionar. Así la muestra probabilística puede ser una parte de aquel infinito de casualidades que nos aportan una mejor capacidad de estudio.
Después de la gran discusión que puede suscitar el uso de metodología cuantitativa o cualitativa -como ha sido el gran debate de las últimas tres décadas-, es necesario comentar que cualquier procedimiento metodológico, en mi opinión, debe ser equilibrado en el uso de una y otra. Esto ayuda a tener un acercamiento al estudio de los fenómenos sociales a analizar, a lo que, se afirma en la lectura que, se estaría utilizando una correlación, la cual no es causación pero sin ella no existiría como tal. Así, la investigación puede tener variables que se pueden relacionar entre sí, para poder asumir una causa, de la misma manera en que se especifica la relación que puede existir entre los valores considerados con el uso eficiente de la teoría.
Esto puede ejemplificarse, como el caso citado por Francisco Sánchez, en aquel estudio de la democratización por Lipset. O bien, lo podemos encontrar en las teoríastransitológicas, las cuales señalan aquellos parámetros de medición para verificar o no, transiciones desde gobiernos autoritarios hacia regímenes democráticos[14]. La correspondencia entre la relación de causalidad, estadística o probabilidad, no debe dejar de lado que -como la propuesta de Russell, aquella que incita a generar leyes universales como lo dicta el positivismo puro-, el tiempo se hace insostenible, completamente caótico para poder entender una temporalidad estática, la cual es completamente lo contrario. Empero, por ésta y muchas cuestiones antes mencionadas, puede existir como solventé la medición, la valorización y la importancia del complemento entre la búsqueda de casualidades, estadística y posibilidad.
En suma, el tema metodológico es muy difícil de comprender o manejar. La eficiencia entre la ciencia y la filosofía ha dado mucho de qué hablar hasta la época contemporánea. Se ha denostado abiertamente el uso de una o de otra, sin embargo, el estudio de lo social siempre ha sido muy complicado en su entender, ya que la incertidumbre es un factor que impera en todo aquello que del ser humano pueda emanar, desde lo social, psicológico, politológico, económico y más. La crisis actual del mundo no solamente se refleja en la economía, sino en el pensar humano y en cada una de las actividades cotidianas.
[1] Wayne, Cornelius, “El México feo: México y Estados Unidos en la década de los ochenta”, en Nexos, No. 89, mayo de 1985; 20-26, en Sánchez Espinoza, Francisco, (2010), Las formas de medición del fenómeno político. La causalidad en las preferencias electorales, sistemas electorales y la democracia, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México, pp. 14-15.
[2] Gómez Tagle, Silvia, (El Colegio de México). “Democracy and power in Mexico”, pone via presentada en el Congreso de la Latin America Association, Albuquerque, abril de 1985 y, Klessner, Joseph, (Instituto Tecnológico de Massachusetts), “Party system expansion and electoral mobilization in Mexico”, ponencia presentada en el Congreso de Latin America Association, Albuquerque, abril de 1985, en Sánchez Espinoza, Francisco, (2010), Ibíd., p. 15.
[3] Owen, Diana y Madrazo, Julio, “1994 ¿Quién votó por cuál partido y por qué?”, en Nexos, No. 202, octubre de 1994; pp. 20-23, en Sánchez Espinoza, Francisco, (2010), Ibíd.
[4] Aguiar, César A., “Clivajes sociales, tiempos políticos y redemocratización”, en Revista Mexicana de Sociología de la UNAM, No. 2, Vol. 87, abril-junio de 1985; pp. 21-43.
[5] Ibíd., p. 16.
[6] Ibíd., p. 21.
[7] Ibíd., p. 22.
[8] Ibíd.
[9] Ibíd.
[10] Ibíd.
[11] Ibíd., pp., 23-24.
[12] Cfr., Guerrero, Julio, (1977), La Génesis del Crimen en México, Porrúa, México.
[13] Lozada Morales, Gerardo, La Casa del Árbol [Blog Internet]. México: Lozada Morales, Gerardo, (2013) Nov. [Consultado el día 12 de noviembre de 2013 a las 3:30 p.m.], Disponible en: https://gerardolozz.wordpress.com/2013/11/12/genesis-de-una-herencia-acribillada-parte-ii-julio-guerrero-y-la-pasion-mexicana-by-gerardo-lozada/
[14] Cfr., O’Donnell, Guillermo, Schmitter, Philippe C. y Whitehead, Laurence, (1986),Transiciones desde un Gobierno Autoritario, perspectivas comparadas, Tomo 3, Paidós, España.
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