¿QUÉ ES LA MODERNIDAD?[1]
La modernidad surge hacia el final del siglo XVII y tiene un gran esplendor en el siglo XVIII, se distingue por los movimientos más significativos que hicieron brillar la historia del hombre: la Ilustración, la Revolución Francesa y la Revolución Industrial, los cuales florecieron en Europa Occidental y trascendieron en el ámbito social, económico y político.
“Los iluminados” eran individuos en su mayoría científicos e intelectuales originarios de Europa Occidental, los cuales luchaban por desligarse y romper el yugo que existía tras la dominación de la iglesia y la monarquía, esta dominación reprimía de gran forma el desarrollo de la ciencia y el progreso del hombre. Dentro del movimiento moderno encontramos: la secularización, la cual representó una separación de todo aquello que estaba siendo oprimido y controlado tanto por el oscurantismo de la iglesia, el cual, también generaba un gran poderío y manipulación del poder por parte de la imagen de un monarca impuesto por la “divinidad de un dios”.
La importancia que tuvieron en la modernidad la secularización y la ilustrac
ión, constituyen el ejemplo claro de la aportación primordial que transformó el pensamiento del hombre y que lo encaminó hacia las vías del progreso y desarrollo social, la razón llevaría a todas las disciplinas a ayudar al hombre a encaminarse hacia el bienestar que haría desaparecer las distintas necesidades que afectaron al individuo y a las sociedades de Occidente.
Entre “los iluminados” que surgirían de las sombras del viejo mundo para impulsar el cambio que representa la modernidad, recordamos al famoso Galileo y su teoría que planteaba que el sol era el centro del universo y que atentaban contra el “viejo mundo” establecido por la dominación eclesiástica. Así, comenzaron a surgir “chispazos” de lo que Touraine denomina el “triunfo de la razón”[2]; es decir, el vínculo de lo moderno con la realidad.
Tras los movimientos presentados, la modernidad implicó el camino hacia el bienestar, que se iría definiendo bajo su complejidad como la libertad que tiene el ser humano para progresar y desarrollarse en cualquier ámbito ya que otorga la facultad de cambiar el statu quo(lo ya establecido) con anterioridad, ofreciendo una renovación constante e innovación. Las religiones ya no estaban tan preocupadas por el bienestar del hombre, en especial durante el dominio de la Iglesia católica, ya que atentaron de forma directa en contra de la ciencia y de la razón.
“Las luces” demostraron, por primera vez, que “la sombra” en la que estaba oculta la razón pudo liberarse mediante el pensamiento moderno y con gloria se presentó el “triunfo de la razón humana” ayudando plenamente a la construcción de un nuevo mundo esperanzado en la “igualdad, en la fraternidad y la libertad”[3], como en el desarrollo de la ciencia.
La libertad fue uno de los grandes motivos que tuvo el hombre de Occidente, representó el poder “explotar” las capacidades del ser humano que ayudarían a generar un bienestar social, dejando desarrollar a la ciencia sin estar sujeta a imposiciones “mágicas”, religiosas, naturales o absolutistas.
Surge también otro aliciente que prevalece hasta la actualidad y que es rescatada indudablemente durante la Revolución Francesa: El contractualismo, que es adoptado como uno de los más grandes tesoros del progreso social, al igual que la democracia y la libertad y que darían al hombre la importancia necesaria para su coexistencia, con la autoridad política denominada: Estado, donde todos los ciudadanos pudieran ser parte del mismo y cortar de tajo a la corona que otorgaba el poder por medio de la “divinidad” a una sola persona.
El triunfo de la razón llevó a la modernidad a cambiar al mundo, a hacer que prevaleciera la libertad y ayudó a salvaguardar la integridad de las sociedades mediante el conocimiento iluminado y la aplicación de los derechos del hombre que generaron, de forma muy importante, la igualdad entre individuos, y la pacificación del pacto y/o asociación del hombre consigo mismo y con su entorno.
La modernidad es la libertad que rompe con las cadenas que atan el progreso y el desarrollo humano, éstos son alcanzados gracias a la realización, en buena medida, de la ciencia y conllevan a obtener avances tecnológicos; inicialmente están representados por la revolución industrial en Inglaterra y el gran peso que tuvo en la economía mundial.
La secularización, la ilustración y la liberalización, le hicieron ver al hombre la facultad que posee de ser revolucionario, en el sentido de poder desatarse de las imposiciones de todo tipo. La modernidad llevó al hombre al triunfo de la razón y por consecuencia a soltar un abismo de tiranías impuestas, liberó y se acentuó en los derechos del hombre, generó y propulsó el desarrollo científico, se alineó de frente con el estandarte de la modernidad, ilustrando plenamente a la humanidad y haciéndole ver sabiamente que todo puede ser diferente, mediante la renovación.
En cierto grado, la modernidad es revolucionaria, desplaza a un viejo régimen ilustrando a la humanidad con la razón, incorporando valores en los cuales la modernidad tiene y tendrá buena influencia para beneficiar a la sociedad y así, el sujeto podrá navegar por el mar de la construcción de su historia, perfilándose hacia el paraíso que le otorgará el uso eficiente de la razón y no la limitará a ser solamente la que desplace “las olas del mar”, sino que tomará de ahí lo necesario para seguir impulsando su barco hacia el triunfo de la misma: la razón.
La modernidad es el camino en que el ser humano ha encontrado la vía para superar todo tipo de obstáculo que le ha impedido vivir en un bienestar, permitiendo así, explotar todas sus capacidades para el bien suyo y el de los demás.
Al igual la razón fue la que motivó al ser humano hacia el camino donde la ciencia abrirá las puertas a un buen futuro, esta razón facilitaría la vida del ser humano en torno a su relación con los demás, le proveería de todo y le privaría de nada, le ayudaría a responder de buena forma a todas las necesidades que han presionado a la humanidad, rompería con las injusticias y con los sometimientos políticos, religiosos, económicos y científicos, abriendo las “puertas” de la igualdad social y democracia, haría con la ciencia que el desarrollo de la tecnología facilitara la vida del ser humano, liberaría el pensamiento moderno, ejerciendo a futuro un bienestar en las diferentes instancias en la que el hombre se desenvuelva y prevería conflictos a futuro, evitando que llegara otro tipo de determinismo sobre el desarrollo de la humanidad.
[1] Primera Parte, Crisis de la modernidad en la Ciencia política, texto obtenido de tesis de licenciatura, Cfr., Lozada Morales, Gerardo, (2011), Tragedia y Modernidad. La necesidad de nuevos paradigmas para la Ciencia Política, Tesis, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
[2] Cfr., Touraine Alain, (1994), Crítica de la modernidad, Fondo de Cultura Económica, México, D.F.
[3] Lema utilizado durante la Revolución Francesa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario