Ante la incógnita no queda nada,
Porque la agonía corrompe, desgarra y marchita,
Accidenta.
Fue imposible reparar un corazón roto con unas manos hechas
de barro,
Cuando el Ser es demasiado humano,
Terrenal e imperfecto;
Como las hojas que se lleva el viento.
Fue terrible no mostrar la diferencia entre la muchedumbre,
La historia quedó en dos espíritus que intentaron juntos
vencer a la ciudad superflua,
Al vulgo decadente.
Desconfianza vana con palabras mudas,
El sendero de una derrota doble que pudieron ser mil batallas
ganadas,
Pudo ser una vida,
Una vuelta.
El regreso al todo.
Pudo ser la unión eterna,
Si se hubiesen roto las cadenas que te ataron al pasado,
Para hacer utopía del mañana.
Ante el adiós sólo quiero dar las gracias,
Y ante esto sólo quiero sublimarme en la historia,
En las palabras,
Y en las letras,
En el amor que pudo evitar lo efímero.
Sólo queda andar descalzo entre versos.
Gracias eternas alegría.
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